como chorizos
La educación convencional hace sumamente difícil el pensamiento independiente, produce como una máquina de chorizos, un tipo de ser humano cuyo principal interés en la vida es encontrar seguridad, llegar a ser un personaje exitoso o importante, o meramente genera una anomia conformista que produce la mínima reflexión posible. La conformidad conduce a la mediocridad.
Toda la educación que hemos recibido nos engendra el temor de ser diferentes a los demás o de pensar de distinta manera a la norma establecida que respeta la autoridad y la tradición que producen el disciplinamiento tal como lo decía Michel Foucault en Vigilar y Castigar. Las escuelas son dispositivos sociales de “normalización” y disciplinamiento cuyo objetivo es moldear al individuo, el cual se termina alienando por la tensión que se genera entre su esencia original y el comando social que busca adaptarlo a la media.
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Humanismo y Conectividad
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