lunes

jueves

El "hincha" de fútbol

El primer hincha de fútbol de la historia vivió en Montevideo a comienzos del siglo XX; trabajaba en el Club Nacional de Fútbol, el segundo club uruguayo por antigüedad. Era de profesión talabartero y estaba encargado de inflar (hinchar) los balones del Parque Central, la sede del Nacional. Se llamaba Prudencio Miguel Reyes, pero era más conocido como «gordo Reyes» o «el hincha».
Nuestro hombre, partidario fanático del club montevideano, y sus gritos estentóreos: « Nacional!» eran famosos a principios del siglo pasado en las canchas donde jugaba su club. Y es fácil imaginar cómo resonarían los gritos del talabartero si se tiene en cuenta que inflaba las pelotas sólo con la fuerza de sus pulmones.
Durante los partidos, otros aficionados solían comentar ante las ruidosas demostraciones de Reyes: «Mirá cómo grita el hincha». Y poco a poco la palabra hincha se fue aplicando a los partidarios del Nacional que más gritaban en los partidos; más tarde se extendió a los demás y, finalmente, a los partidarios de todos los clubes.
La palabra se extendió al resto del mundo hispanohablante con los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, cuando el fútbol de Uruguay ganó sendas medallas de oro, y en el Mundial de 1930 de Montevideo.

lo que el faso dejó

miércoles

Marihuana, a separar...

Las semillas de Marihuana (y las ramitas también) no deberían ser parte de lo que se fuma en un porro... Pero están, en cantidades enormes, en el prensado vendido normalmente en muchas ciudades. A veces entre palos y semillas se hace un tercio del peso de un pedazo de 25 gramos... osea, que por kilo de ´prensado´ hay demasiados gramos de restos con 0% de THC.
Encima las sustancias desprendidas de la combustión de semillas y ramas son muchísimo más dañinas para el organismo. Ni que hablar del porcentaje de hojas, a falta de flores., sabiendo que tienen muchísimo menos thc que un ´cogollo´. Pero no se puede pedir tanto en un mercado más que negro, un verdadero agujero negro.

El día de la marmota??

El día de la marmota señala (aproximadamente) la mitad del periodo entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera (de forma similar a la fiesta de Halloween, que señala la mitad del periodo entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno).
W
Una peli le hace honor : "Groundhog Day."

nuestro genoma

Se necesitaron cerca de 3.000 científicos, más de 10 años de trabajo y millones de dólares para descifrar el primer genoma humano.

Hoy, se puede hacer ese mismo trabajo en un solo laboratorio en tres semanas y con menos de US$10.000.

La velocidad con la cual un genoma puede ser secuenciado se reduce a la mitad cada año, y también el costo.

BBC

domingo

Hesperidina

La Hesperidina es un aperitivo argentino a base de corteza de naranjas amargas o agrias y dulces de frutos inmaduros los cuales tienen un alto contenido en flavonoides (hesperidina, neohesperidina y narangina).
Hesperidina fue la marca número uno en registrarse en Argentina. W

Jai guru deva om

lunes

martes

de Israel y el cielo del Corán

"Dentro de la torcida lógica de los extremistas islámicos no hay acto éticamente más valioso que el martirio. El propósito no es abastecer a los habitantes de Gaza sino generar un conflicto, llamar la atención, subrayar la imagen de un Israel perverso que acogota a los pobres palestinos y, si se puede, ascender al cielo a reunirse con las hurís de cejas negras para gozar mil años de la incombustible virginidad de estas complacientes muchachas prometidas por el Corán." Carlos Alberto Montaner (artículo completo nacion.com)

USA latino

Hace 20 años esto seguramente se previó por parte de mucha gente haciendo no mucho más que simples cálculos estadísticos... Pero como casi siempre, los cambios parece que toman a todos por sorpresa...

domingo

viernes

miércoles

ducha

Qué más se puede inventar?

martes

salir

Podría haber sido un silencio profundo salvo por un sonido eléctrico. Era tenuemente perpetuo. El aliento mantenido de la pantalla frente a mi, coloreada y transparente.

Debería haber sido algo más, pero aquello era un vacío sin sentido. La mente callaba y todo alrededor moría.

El aire contaminado estáticamente, dentro de aquella habitación y dentro mío. No flotaba ni la partícula del ánimo en su estado más básico como para convertir lo que había en otro estado de las cosas.

Pero todo fue infinito en su fugacidad. Se detuvo el tiempo para parar a respirar. Y al volver a su conteo usual me levanté de donde estaba, y salí.