martes

salir

Podría haber sido un silencio profundo salvo por un sonido eléctrico. Era tenuemente perpetuo. El aliento mantenido de la pantalla frente a mi, coloreada y transparente.

Debería haber sido algo más, pero aquello era un vacío sin sentido. La mente callaba y todo alrededor moría.

El aire contaminado estáticamente, dentro de aquella habitación y dentro mío. No flotaba ni la partícula del ánimo en su estado más básico como para convertir lo que había en otro estado de las cosas.

Pero todo fue infinito en su fugacidad. Se detuvo el tiempo para parar a respirar. Y al volver a su conteo usual me levanté de donde estaba, y salí.

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