lunes

Una voz firme cuando todo un mundo parece haberse marchado. Esa voz, nacida en un pasado que casi se quedó sin espacio ni dimensión. Sin importar cuántos años, está presente y entonada al máximo. Manda, opina y cuestiona aumentando su presencia física, que ya es bastante. Calla, cuando sólo queda perdido el sonido entre los pensamientos intrincados, en los recovecos de sus días. Son momentos lúcidos y activos, que no comienzan nunca a dar lugar a la senectud total, que espera su turno al costado de un largo pasillo, mientras pasan las pequeñas y empedradas cuestiones de la vida.

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