...me acordé de algo q leí en EL PAÍS que me impactó posta por la dimensión y contundencia de los números. Ahi va.Dos billones
No resulta fácil imaginar la masa de dinero compuesta por dos billones novecientos mil millones de dólares (2.000.000.900.000), que se escribe con once ceros, aunque puede tenerse una idea aproximada considerando que equivale a ochocientas veces el total de las exportaciones anuales del Uruguay. Esa cantidad es la que corresponde al presupuesto de Estados Unidos para el período fiscal que irá de octubre de 2007 a setiembre de 2008, según el proyecto de ley elevado al Congreso por el gobierno de George W. Bush. Se trata del presupuesto federal más elevado de la historia norteamericana, pero tiene otros rasgos destacados al margen de su volumen: aumenta el gasto militar y reduce brutalmente la ayuda social a los pobres, y los jubilados.
En efecto, el presupuesto de defensa totaliza 716 mil millones de dólares, que se destinarán a compra de armamentos, aumento de tropas en actividad y mantenimiento de la guerra en Irak y Afganistán. Unos 481 mil millones serán para los gastos básicos del Pentágono, otros 141 mil millones para la "guerra contra el terror" y 93 mil millones para cubrir el adelanto que el gobierno ya había solicitado al Congreso y que deberá pagar en el próximo ejercicio fiscal, con lo cual se redondea "el mayor gasto militar en la historia de Estados Unidos". Pero encima de todo ello, Bush pide en su presupuesto otros 50 mil millones para el año 2009 como nuevo adelanto en materia militar, aunque para esa fecha ya podría haber otro inquilino en la Casa Blanca. Por el momento, los 244 mil millones de déficit presupuestario se compensarán reduciendo el monto de 141 programas de asistencia social y protección del medio ambiente, lo cual ha escandalizado a la prensa, a los ecologistas y a las asociaciones humanitarias.
La guerra contra el terror que comenzó en Afganistán (octubre de 2001) y prosiguió en Irak (marzo de 2003) ya ha costado a los contribuyentes norteamericanos unos 503 mil millones, según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso. Si a eso se le suma lo que pide ahora el gobierno, se alcanza un total de 800 mil millones, gasto bélico que EE.UU. sólo superó con su intervención en la Segunda Guerra Mundial (1941-1945). Pero en otras guerras nunca había alcanzado estos montos de 2007, porque en Vietnam (1964-1975) se volcaron 572 mil millones, en la Primera Guerra Mundial (1917-1918) se habían gastado 500 mil millones y en Corea (1950-1953) se desembolsaron 400 mil millones. El presupuesto militar previsto para el año próximo supone un 62% de aumento respecto al ejercicio 2001.
El gasto de Estados Unidos en defensa es nueve veces mayor que el británico y quince veces mayor que el alemán, pero si esas tres cantidades se suman al presupuesto militar de Japón y Francia, totalizarían una cifra capaz de solucionar las penurias de todos los indigentes del mundo. Esa montaña de dinero se gasta sin embargo en armas, lo cual demuestra el residuo de violencia y el déficit de razón que aflige a la humanidad de este siglo XXI que se considera tan civilizado, cuyo comportamiento no parece recordar el dictado de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y de paso no respeta el valor de la vida humana, porque le antepone el juego -a menudo mortífero- del poder.
Según señala el informe trimestral de Stuart Brown, funcionario norteamericano que se desempeña como inspector general para la reconstrucción iraquí, el dinero no sólo se va en armamento sino también en obras de dudosa utilidad que componen como se ha dicho "un sombrío panorama de despilfarro, fraude y frustración". Cables de las agencias AP y EFE han denunciado que ese programa de reconstrucción ha dado más beneficios a las empresas contratadas al efecto que a la población que debería auxiliar, "ha costado a los contribuyentes estadounidenses más de 300 mil millones y ha dejado a la región en el umbral de una guerra civil". Los detalles que proporciona el inspector general son reveladores del enorme acomodo.
El informe dice por ejemplo que se gastaron 48 millones de dólares en un campamento residencial para entrenar policías en Bagdad, que nunca fue utilizado. Dice que otros 42 millones se destinaron a comprar veinte camionetas para transportar a visitantes destacados, mientras otros 36 millones eran autorizados por oficiales militares para comprar equipos de comunicaciones y vehículos blindados imposibles de rastrear "porque las facturas son borrosas", todo lo cual sucede mientras el gobierno de Washington pide al Congreso 1.200 millones adicionales de ayuda para esa reconstrucción de un país como Irak, donde a cuatro años de la invasión el Ministerio del Interior contabiliza 1.971 civiles muertos durante el mes de enero, es decir tres muertos (incluidos niños, mujeres y ancianos) por cada hora del día.
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