jueves

procrastinación digital

Se da rápido, eficazmente accesible. Mi generación, la primera en adquirir este aprendizaje digital; derecho adquirido por ósmosis. Y para todo. Para hacer algo edificante que cimiente una recontrucción. También para perderse en placeres viciosos dentro de un fango de pérdida de tiempo... Hipnotizarse con barras que se rellenan; para poca cosa. Somnolientamente atractivas y otras veces rápidas, trepidantes. ¡Qué stand by para la actividad "productiva"! ¡Qué encandilamiento! Un elixir binario, sin duda, que se logra biodegradar en la sangre digital de tantos "enfermos" como yo.
Bajar, subir... nada nuevo, nada ahora. Nada más por aquí... Es un instante que no dura. Vida corta de estos procesos de bits fugaces. Hoy son y están, debido al ayer inmediato, para desaparecer así sin más. No hay un profundo comentario posible, para algo intrascendente que apenas siquiera es. Mientras obselatemente se habla de formas, parados sobre un proceso de senectud constante. Pero qué senectud provechosa, que constantemente da paso y permite el surgimiento de otro proceso maravilloso. De una nóvel presencia brillante e interlaceada con un futuro inmediato y explosivo.

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