De repente, casi sin querer, aparece algo dimensional más allá de la pantalla. Se sobre escribe la parte carnal de la apariencia inmediata, para ver un trasfondo subjetivo en actividad. Es ver en un pestañeo el interior propio presente en el afuera. Es convertir la realidad conocida y objetiva por otra subyacente y personal. Siempre hay una sorpresa al mirarse al espejo.
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