Hoy me subí al bondi (ómnibus para el que no sepa) y al ver al guarda luchar contra la máquina expendedora de boletos provocando una linda trancadera, me pregunté... ¿Qué cambio evolucionista es este? Antes tenían ese cilindro metálico con los boletos apareciendo, estrictamente mecánica a sangre, los que él (o ella) retiraban según el tipo de pasaje. Ahora, se dice que se pensó en el "comfort" de los usuarios... pero, ¿sólo por no agarrar el boleto directo de la mano del guarda sino de una impresora a su lado, se supone que mejoró "significativamente" el servicio? ¿Dónde ven la "mejora"? El mismo guarda sigue allí y ahora encima sólo mueve un dedo pa apretar los botones de la consola, pudiendo charlotear más y escuchar más música aún... más inútil todavía...
Qué buena reducción de su rol. El boleto es más grande que antes, haciendo más mugre y utilizando más celulosa... Y pa felicidad del útil empleado, la máquina milagrosa se tranca cada dos por tres y se tiene que abrir y desatascar, que no es poco, haciendo esperar al que suba. Salvo para los conductores-cobradores, que digamos que en algo se les agiliza la doble funsión aunque sigan siendo simultáneas, el resto es una llenadera de ojo pocas veces vista, para que todo siga como está. ¡Qué avanzado uso de la tecnología, ¡qué gustos y lujos nos damos los Montevideanos! ¡Qué sentido de la practicidad que tenemos! ¡Qué visión de futuro! Mientras, así vivimos otro ejemplo más del gradualismo con que los uruguayos encaramos la solución a nuestros problemas más cotidianos. Nos gusta la vida y la muerte bien lentas, sin duda.
Publicada el 8 de marzo de 09, Ecos, El País
Expendedor electrónico
Una minicomputadora permitirá, através de una máquina expendedora electrónica, emitir el boleto en cuestión de segundos. Los coches también contarán con el sistema GPS, y se tiene previsto incorporar un sistema de comunicación que posibilitará monitorear el funcionamiento del servicio en tiempo real, desde las oficinas centrales, así como nuevas herramientas de información a través de paneles en las terminales. El intendente municipal de Montevideo, Ricardo Ehrlich, afirmó que el de ayer fue un momento "muy especial para el país". "Vivimos en un momento de construcción total. Hay objetivos prioritarios, y el transporte colectivo es uno de ellos", comentó el jerarca municipal. En tanto, el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, dijo que el plan de renovación es "un paso muy importante por la significación que tiene la empresa en el país". Rossi agregó que "es un paso más" en el camino de Cutcsa, y subrayó que el transporte colectivo metropolitano ha dado pasos agigantados en los últimos años, "siempre teniendo en cuenta la costumbre y hábitos de los uruguayos".(...)
nota: La República
Qué lindo remate ese!
Hoy me subí al bondi (ómnibus para el que no sepa) y al ver al guarda luchar contra la máquina expendedora de boletos provocando una linda trancadera, me pregunté... ¿Qué cambio evolucionista es este? Antes tenían ese cilindro metálico con los boletos apareciendo, estrictamente mecánica a sangre, los que él (o ella) retiraban según el tipo de pasaje. Ahora, se dice que se pensó en el "comfort" de los usuarios... pero, ¿sólo por no agarrar el boleto directo de la mano del guarda sino de una impresora a su lado, se supone que mejoró "significativamente" el servicio? ¿Dónde ven la "mejora"? El mismo guarda sigue allí y ahora encima sólo mueve un dedo pa apretar los botones de la consola, pudiendo charlotear más y escuchar más música aún... más inútil todavía...
Qué buena reducción de su rol. El boleto es más grande que antes, haciendo más mugre y utilizando más celulosa... Y pa felicidad del útil empleado, la máquina milagrosa se tranca cada dos por tres y se tiene que abrir y desatascar, que no es poco, haciendo esperar al que suba. Salvo para los conductores-cobradores, que digamos que en algo se les agiliza la doble funsión aunque sigan siendo simultáneas, el resto es una llenadera de ojo pocas veces vista, para que todo siga como está. ¡Qué avanzado uso de la tecnología, ¡qué gustos y lujos nos damos los Montevideanos! ¡Qué sentido de la practicidad que tenemos! ¡Qué visión de futuro! Mientras, así vivimos otro ejemplo más del gradualismo con que los uruguayos encaramos la solución a nuestros problemas más cotidianos. Nos gusta la vida y la muerte bien lentas, sin duda.
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