En medio de la crisis financiera que azota a EE.UU., donde los valores más firmes pierden valor (la moneda, las acciones, todo lo escrito y prometido) una empresa se levanta y crece y está más sana que ninguna: Google. Es la menos apegada a los principios capitalistas: pertenece a la segunda globalidad; ofrece gratuitamente servicios universales cuyo valor en dólares es inimaginable.
Kevin Kelly hizo una comprobación escalofriante:
--"Cuando observamos una red, tenemos la sensación de no ejercer el control. Tenemos una sensación de incertidumbre. Es algo que está impregnando la totalidad de nuestra cultura". "Las corporaciones virtuales son organizaciones en las que no hay nadie, sólo un esqueleto de procesos".
Sobre esta observación primaria, apunté algunas ideas, un tanto fervorosas:
--Cinco siglos después de la invención de la imprenta, se inventaron al mismo tiempo la informática y la transmisión digital de datos; y el mundo fue otro, hubo globalización.
Todo indica que esta innovación integral creará un centro cultural único para todo el planeta, algo más armónico que todo lo existente hasta ahora y que de paso, le devuelva a la gente, la preciosa anarquía inicial, la de los clanes donde se convivía en fraternidad.
La transmisión, el archivo y la interrelación universal de todos los textos pasados y presentes ya instaló en la Web, una realidad libre de policía y libre de Estado; un ámbito sin coacción.
Esta colosal soltura apoyada en los bites y no en los átomos, crece más que la realidad tangible; crece cada día y su uso intenso no la gasta ni la disminuye, es virtual; corresponde al ser abstracto y se difunde a la velocidad de la luz.
Si no fuera realidad, si no rompiera los ojos de que es así, nadie hubiera podido imaginarla. ¡Pobre ciencia ficción!
Ha estallado la más esplendorosa libertad sin que nadie haya decidido nada.
La única manera de no violar nunca ninguna norma, consiste en suprimir las normas y hacer de la libre expresión, la única patria. En este momento, todos los autores son autores universales.
Todo esto que es verdad al pie de la letra, me lleva a pensar que esta nueva forma de comunicar, determinará efectivamente "un mundo desbocado"; vale decir: regido según una manera más humana que esta del capitalismo real, que propicia utopías de contenido patrimonial. Vuelos a ras del suelo.
Esas utopías frenan la libertad de las personas, para hacerle sitio a la presencia dominante del Estado, encargado de repartir la plata hasta igualar a las personas. La sola formulación de la repartija y su rasero, disminuye la condición humana.
El Hombre está dotado de talento creador; modifica la naturaleza y puede producir sin trabajo (mediante la cibernética) todos los bienes repetitivos. No merece pues, la masificación.
El sueño es y debe ser, una reordenación fraternal de los valores: ni escasez de bienes, ni mando de nadie sobre nadie. Así funciona la red de redes.
Una absoluta transmisión del pensamiento, exige una utopía nueva; un sistema universal donde valga más la franquía de ser quien se es y menos la dependencia de lo banal y lo venal (el miserable dinero que percude lo que toca).
La inconcebible idea de un ámbito donde todo es de todos y cuanto más se usa menos se consume, está ahí, al alcance de la mano, en medio de esta apoteosis de la libre expresión.
La dificultad de vencer las ideologías vigentes proviene de un hecho existencial: la gente que puede usar el nuevo instrumento para crear una sociedad nueva, es gente que está formada en la realidad anterior al cambio, en la edad del dinero.
La moral de Internet está muy lejos de haberse hecho conciencia social.
No hay una concepción del mundo correspondiente a ese ámbito despreciativo del dinero. Estamos todavía antes del año UNO de la nueva era.
Hay nada más que un hecho atronador: cada vez son más los centros fuera del control capitalista. La pregunta es: ¿Hasta dónde llegará la producción de células "diferentes", anárquicas, libertarias, ultraliberales?
A esta altura, nadie puede negar que presenciamos la propagación explosiva de un caos descontrolado, algo similar a la cancerización del sistema.
Anthony Giddens se alarmó mucho y propuso mano de hierro contra tanto rompimiento.
Pero nada ni nadie podrá contra el nuevo globo creciente.
Ni el gobierno autoritario de China continental, ni la moralina de los cuáqueros sajones, pudo establecer ninguna forma de censura sobre Internet.
Los mecanismos de l´ancien régime (siglo XXI) son prehistóricos con respecto a esta criatura naciente y mutante, apenas gestada; "morular" y ya vencedora en tantos millones de cosas.
El ADN de la web está fuera de la zoología, pero la web no deja de desarrollarse como un organismo vivo.
ATERRIZAJE EN MONTEVIDEO. Hay un informe policial prudente y un fallo judicial valioso.
El informe de la sección Delitos Informáticos de la Jefatura de Policía de Montevideo, especifica que en Internet "no se puede determinar desde dónde parten comentarios y (en muchos casos) no se puede identificar a las personas".
Un Tribunal de Apelaciones de Familia (2º Turno) confirmó la sentencia de primera instancia, que no hizo lugar a una difamación en Internet, porque "no se puede considerar a un fotolog de Internet un medio de comunicación en el sentido establecido en la ley Nº 16.099, más conocida como ley de prensa, del 29/8/07. Redactor: Dr Ricardo C. Pérez Manrique.
Son formas inteligentes de preservar el ámbito de la internáutica. Allí no hay castigo porque no hay imperio. La inquisición no puede invadirla; aunque hay intentos locales de censura.
La red no está en el tiempo ni en el espacio.
Los cibercafés que admitan niños o adolescentes (dice el Inau) deberán tener máquinas con filtros para evitar contenidos violentos o racistas.
Es un error. Los ciudadanos de una democracia deben ser formados viendo y conociendo la realidad entera y los adolescentes mayores son personas capaces de delinquir y votar como los mayores. No parece adecuado mezclarlos con normas infantiles.
Y hay más: Los cuentos infantiles suelen ser muy violentos. Caperucita Roja o Hansel y Gretel son relatos de horror. La violencia literaria no es un mal en si misma, depende de cómo se la presente en cada obra.
Este es un aspecto artístico o docente, ajeno a un instituto crudamente administrativo. En las escuelas se enseña con provecho la revolución de la independencia y la actuación heroica de Artigas en defensa de los orientales.
Es una historia muy violenta. Censurar la violencia puede ser pues, un arma política, contraria a la laicidad; y contraria a las garantías de una democracia. La violencia, debe ser conocida y calificada, sin necesidad de filtros (censura) a cargo del gobierno.
Y por último, la razón del artillero: no conviene proponerse tareas que no se pueden cumplir. Nadie en el mundo ha logrado censurar a Internet. Es técnicamente imposible.
Poner mamparas en los ciber cafés, para que cumplan las funciones de las hojas de parra (tapar impudicias) mueve a risa.
El plan Ceibal le da una computadora en propiedad a cada niño, desde los seis años. ¿Irá el INAU casa por casa para imponer sus filtros culturales?
por : Carlos Maggi para El Paìs (17/08/2008)
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